Irónico es que estés las 24 horas del día pensando su nombre, que cuando te despides de él pasa un minuto y ya quieres estar entre sus brazos.
Siempre pensando en él, siempre.
Y todo para que me vengas diciendo... eso.
Pues si que suena irónico.
Es un juego, y en este juego el que más quiere, es el perdedor.
Adivina quién gana.
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